Supongo que muchos de aquellos que cuestionan (me incluyo) a los creyentes de lo paranormal, se preguntan el por qué del éxito que tienen sus principales exponentes particularmente en la televisión, aunque claro habrá quienes tienen una respuesta, pero esta situación está relacionada con lo que el sociólogo y analista mediático italiano, Gionanni Sartori, describe en su libro Homo videns: la sociedad teledirigida.
En su planteamiento, Sartori describe a un tipo de “ser humano” en una sociedad que creció sentada frente a la televisión, el homo videns, sujeto al imperio de la imagen de la televisión, la cual se sobrepone a los contenidos hablados o escritos. Es decir, el homo videns de Sartori privilegia la imagen por la letra hablada o escrita, ya que así es más fácil asimilar la información, ya que las otras dos implican un proceso de abstracción, es decir, recurrir a traducir los símbolos que le son transmitidos, mientras que la imagen ya lo describe todo, según.
En pocas palabras, el homo videns cree que todo lo que aparece en televisión es real y verdadero, y esa es su principal, si no única, fuente de información y formación sociopolítica.
Ahora bien, ¿cuándo intervienen los charlatanes?
En el capítulo cinco “Más desinformación”, Sartori primero define la desinformación no como el informar poco, sino informar mal, distorsionando; y apunta que para que ocurra la desinformación, se requiere además de falsas estadísticas y entrevistas casuales “de color”, la información a difundirse debe ser “excitante” a cualquier precio, premiando la excentricidad, y privilegiando el ataque y la agresividad.
“La visibilidad está garantizada para las posiciones extremas, las extravagancias, los ‘exagerados’ y las exageraciones. Cuanto más descabellada es una tesis, más se promociona y se difunde”, escribe Sartori.
Y agrega: “Las mentes vacías se especializan en el extremismo intelectual y, de este modo, adquieren notoriedad (difundiendo, se entiende, vaciedades). El resultado de ello es una formidable selección a la inversa”.
Es ello, sostiene, que “los charlatanes, los pensadores mediocres, los que buscan la novedad a toda costa”, destacan por sobre las personas serias y pensantes.
En ese sentido, entiendo que quienes se promocionan como algo que rompe con la seriedad y ofrece imágenes “sorprendentes”, que no requieren de una explicación más complicada que la sencillez de una explicación carente de tecnicismos y contenidos complicados, entendidos como científicamente sustentados, atrae más la atención de un público criado en una cultura donde la imagen tiene preponderancia como materia de información pública.
Tenemos entonces que los charlatanes y seudo intelectuales no sólo se sustentan con el presentar imágenes que rompen con la cotidaniedad, que son fuera de lo común o bien, desafían cualquier explicación científica, si no también ganan “credibilidad” en base a atacar, juzgar condenar, la rigidez del método científico para dar validez a un fenómeno cualquiera. Sostienen que los científicos y los escépticos, son seres cerrados a cualquier explicación fuera de los parámetros metodológicos y criterios científicos, y que además forman parte de una conspiración global para ocultar toda información que atente a este orden.
Los ataques son “agresivos”, entendidos estos, como dice Sartori, como una función crítica que todo periodista (o en este caso, todo “investigador”, si entendemos al periodista como tal), debe tener para enfrentar a un poder, en este caso, el poder científico que niega sus suposiciones carentes a su vez de sustento científico.
La televisión se dirige a destacar entonces todo lo que sea agresivo de alguna forma, ya que es algo que atrae la atención del espectador, convirtiéndolo entonces en un espectáculo. “Pero el mundo real no es espectáculo y el que lo convierte en eso deforma los problemas y nos desinforma sobre la realidad”, sostiene Sartori.
Si bien Sartoni apunta esta agresividad hacia lo referente a las protestas y manifestaciones de inconformes, lo mismo puede aplicarse a los charlatanes promotores de lo paranormal, ya que sus ataques para promoverse son los hacen aparecer como una especie de luchadores contra un orden dominante e impositivo, que busca el control de la libertad humana de conocer la verdad, su verdad.
Entonces, tenemos que los extravagantes “investigadores” de lo paranormal, con sus imágenes en video y fotografías, con sus superfluas y nada complicadas explicaciones (“es una nave espacial con un mensaje para la humanidad”, “son fantasmas que vienen a manifestarse”), serán siempre atractivos para un público a quien se le educó a no ser exigente ni demandante de contenidos serios, que requieran de una abstracción para su comprensión. No por nada a diario hay un desfile de estos personajes en un programa de televisión en horarios de amas de casa que difícilmente pudieron haber terminado la secundaria, o por la noche con una audiencia que sólo quiere divertirse y asombrarse, y no a aprender. O bien, en sitios de internet que no necesitan de una base científica racional para sustentarse, ya que son contenidos para creer en ello, no para juzgarlos.
4 comentarios:
no sabia si ponerlo aqui o en otro lado, pero bueno, creo que tus comentarios son muy acertados.
la neta, me gusta mucho como escribes.
saludines y no abendones el blog de A::A
Me intereso tu blog por dos cosas: una, tu manera de cuestionar la charlataneria supernatural y dos, tu aprecio por la animación.
Interéses compartidos.
La entrada esta bastante interesante, felicidades por tu blog, saludos.
Una lectura interesante.
Homo videns es uno de mis libros de cabecera. Y es muy cierto eso que comenta sobre el magufo como retador del sistema: Bob Park, en Ciencia o vudú, hace un comentario de pasada con un tema similar: a la gente le gustan las historias del hombrecito "independiente" y decidido que lucha contra un sistema monstruoso e impersonal que lo aplasta. Supongo que es asunto de proyección.
También recordarás que Sartori hace notar que Estados Unidos, el imperio del telever, es el país donde medran más cultos, pseudociencias y charlatanes.
Saludos, P.
Pereque:
Efectivamente, existe entre la sociedad la imagen del "héroe" trágico que lucha contra una fuerza superior con tal de llevar la libertad al mundo. Ahí tenemos entonces que los héroes no pueden ser vencidos por el hombre, a menos que exista una fuerza superior, ya sean los dioses, o actualmente, los gobiernos y los científicos escépticos.
EU no es sólo el dominio de los telecharlatanes, sino el modelo a seguir por el resto de los medios de comunicación latinoamericanos.
dull:
si supieras qué tan raro es encontrar a alguien que acepte que gusta de la animación... cualquier sugerencia, ya sabes...
Rinoa:
gracias manita, lo del blog de A::A dependerá de que se caiga o no el sistema... ya sabes
gracias a los visitantes...
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