martes, noviembre 28, 2006

Escalofríos epistemológicos (1)

México es un país de fantasías. Sólo se explica fenómenos tan extraños que rebasan el entendimiento lógico y racional, cosa tan abstracta que el analista de la comunicación Jessús Martín Barbero, describiría como un escalofrío epistemológico que se experimenta ante un fenómeno masivo que causa una excitación de aceptación tan exacerbada que no hay forma de explicarlo con criterios lógicos y racionales.

El cuento fue que una tarde se me ocurrió ir a ver
una película que había batido récord en Cali, La ley del Monte, un melodramón
mexicano -en esta ciudad una película duraba 2-3 semanas, y esta llevaba 6
meses; después me enteré que en Medellín duró un año-. La ley del Monte era un
fenómeno sociológico, no un fenómeno cinematográfico, así que me encontré con un
Teatro México en el centro viejo de Cali, lleno de hombres a las 6 de la tarde
un jueves y cuando, unos compañeros y yo empezamos a reírnos a carcajadas porque
aquello no tenía ni pies ni cabeza -era la historia de un muchacho que se va a
la Revolución Mexicana porque lo deja la novia-, unos hombres se levantaron, nos
agarraron del hombro y nos dijeron: “o se callan o los sacamos, palabra de
honor”. Desde ese momento yo me escurrí en el asiento, ya no miré a la pantalla,
mire a la gente, y cuando veía a estos hombres llorando de emoción, yo me
pregunté “¿qué pasa aquí?”, o sea, “¿qué ven ellos que yo no veo?”O yo me
declaro retrasado mental y es todo, o tengo que aceptar que los indígenas, esos
que estudian los marinoskys y familia no están en las islas, están en la mitad
de Cali.



Posteriormente pasaré a exponer mis escalofríos epistemológicos.
¿Y cuál es el suyo?

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