viernes, junio 20, 2008

¿El fin de las bibliotecas?... o ¿me validas el googlazo?

Una vez más, difundo un boletín, este de la Universidad de Sonora. El planteamiento del investigador referido en la nota no es nuevo, y de hecho, sigue el mismo temor del fin del libro como medio impreso para dar paso a la digitalización. Sin embargo, lo preocuopante es que incluso en los niveles universitarios, se haga uso del copy-paste del googlazo, como una práctica común. Y es entonces que me pregunto por qué las autoridades universitarias (y escolares en general por que esta práctica es recurrente en todos los niveles escolares, y lo digo por experiencia) la toleran. Algún criterio deberá de establecerse para que, si va a seguir la práctica, que la información provenga de fuentes confiables y no fuentes que ofrecen soluciones fáciles a las tareas escolares, si no es que ofrecen basura.

Les dejo el boletín para sus comentarios:


BOLETIN INFORMATIVO


Hermosillo, Sonora; 20 de Junio de 2008

NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO EN INTERNET

En una sociedad cada vez más bombardeada por la información, las generaciones maduras están en un proceso de adaptación y de adquisición de nuevas habilidades para la búsqueda de información, mientras que los jóvenes que nacieron con la tecnología, necesitan ser más selectivos, indicó Miguel Gama Ramírez.

“Estamos rodeados de información por todos lados, se produce en forma exponencial en todas las disciplinas y de cualquier aspecto de la vida; lo importante es saber cómo utilizar esa información”, expresó el maestro en Bibliotecología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Definitivamente venimos de una cultura impresa donde el libro es y seguirá siendo fundamental en la vida de todos los ciudadanos del mundo, expresó y donde las nuevas generaciones nacen en un contexto donde la tecnología es el elemento fundamental.

“A esas generaciones, por ejemplo, les es habitual la consulta de recursos en línea, pero para otras generaciones que no nacimos en ese contexto ha sido un proceso de aprendizaje y nos hemos ido habituado a utilizar esos recursos.

“Es por ello que el papel del bibliotecario es muy importante para difundir e instrumentar talleres de capacitación a fin de que la gente conozca el recurso y lo utilice”, añadió.

Indicó que también existe el otro extremo como el caso que en Estados Unidos la gente no acude ya tanto a las bibliotecas físicamente porque desde su casa, las áreas públicas o determinadas instituciones se conectan a estos recursos.

“Estos nuevos recursos se tienen que ver como una alianza entre la grandes, tradicionales y majestuosas colecciones documentales ya que podrán cohabitar ambos”, enfatizó.

Desde el ámbito educativo no se plantea olvidarse de un formato para quedarse con el nuevo, sino buscar que en forma paralela y equilibrada se desarrollen ambas por lo que sólo se requieren cursos de capacitación y orientación, externó.

No todo lo que brilla es oro

El problema que se vive entre los estudiantes, incluso entre los universitarios, es que en la búsqueda de información acuden a las herramientas más conocidas y toman la primera información como válida, sin evaluar si son autores reconocidos o fuentes que tengan autoridad sobre el tema.

Gama Ramírez se encuentra actualmente en la Unison impartiendo el curso denominado “Desarrollo de colecciones digitales” donde el objetivo es analizar las técnicas de selección, adquisición, desarrollo y administración de las colecciones digitales en bibliotecas universitarias.

Lo más usual entre los jóvenes y no tan jóvenes, es tomar como verdad absoluta los datos que cortan y pegan del Internet, sin embargo, es la información especializada, como las colecciones digitales que tienen disponibles las instituciones educativas y centros de investigación, las más confiables.

Además de las desventajas de ir a cualquier información en los buscadores y de encontrarse publicaciones poco confiables, se pueden encontrar con tal número de referencias que no alcanza el tiempo para revisarlas, comentó.

Algunas de las recomendaciones para encontrar información seria, confiable, con fines académicos o de investigación, es buscarla primero por instituciones educativas, por revistas académicas, por proyectos académicos y por grupos de profesionales.

“Si yo hago una búsqueda de los recursos, por ejemplo, de la Universidad de Sonora, con el simple hecho de que formen parte de los recursos de información de la institución ya le da un valor agregado, porque ya pasó por un proceso de selección, es decir, es lo mismo que se encuentra en una biblioteca”.

Por eso hay una gran diferencia entre la información digital que hay en las instituciones educativas, como son bases de datos, revistas electrónicas o libros electrónicos a las que se encuentran en un buscador común.

Es muy diferente ese tipo de información porque ha pasado por un proceso de validación, ese conocimiento y corresponde a ciertos programas y estudios de la institución, apuntó.

Las instituciones educativas y otros centros del conocimiento, invierten en contratar el acceso a las colecciones digitales y por título resultan incluso más caras que lo que costaría un libro impreso, sin embargo, mientras que un título físicamente se consulta por una persona, en línea se puede tener el acceso por mucha más gente al mismo tiempo, puntualizó Gama Ramírez.

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