A 203 años del nacimiento de Charles Robert Darwin, o Charles Darwin, o Charlie, o el Darwin, o como lo conozcan, rindámosle un homenaje, sencillo, a la figura de un hombre cuya sola observación y deducción, imaginación y corroboración de sus ideas, conjeturó una teoría que aún hoy en día, no ha sido desmentida, sino enriquecida. Su planteamiento de que la vida es producto de la evolución y adaptabilidad no ha sido, hasta ahora, desbancada como herramienta del entendimiento de los misterios del universo, concepto que ha sido llevado de la biología a prácticamente casi todas las ramas de la ciencia: todo es producto de una mejora constante y la capacidad de adecuarse a los entornos en los que se desarrolla.
Lamentablemente, los hechos contudentes no son suficientes para mentes cerradas a una explicación más cómoda de la realidad. "¿Que descedemos de los changos? ¡Ay, no, qué asco, son feos, apestan y son tontos!¿Cómo es que bajamos de los árboles a fabricar teléfonos celulares de un día para otro?¡No!¡Debe haber algo más digno que eso!¡Si, fuimos creados a la imagen y semejanza de un diseñador inteligente, un Dios infalible!". Explicaciones así son fáciles de propagar.
Desafortunadamente, si bien la Teoría de la Evolución no retrocede, el Creacionismo avanza cada vez más, en el país más poderoso del mundo. El Estado de Indiana, Estados Unidos, se ha sumado a Kansas, para que el creacionismo sea impartido en la educación pública a un mismo nivel que la Evolución. Es decir, la fábula y mitología tienen la misma validez científica que la Evolución. El problema es que uno carece de evidencias y fundamentos. Al otro le sobra. Uno depende de un libro como su único sostén. El otro, cientos de confirmaciones e investigaciones complementarias.
Darwin era un apasionado de la naturaleza. Sólo así se podría tener la visión y la fijacion para notar y ligar los parecidos y diferencias entre las especies animales, el por qué algunas especies sólo aparecen en un sólo lugar, mientras otras se reparten por el mundo aunque en cada sitio desarrollan una característica que los diferencia. Partir de un ancestro común, adaptarse a su entorno, la selección natural para que sobrevivan los mejor adecuados, los que tienen mayor posibilidad de reproducirse y transmitir sus características a una nueva generación. Conceptos complicados, comparándolo con que todo existe por voluntad de un Dios y generados espontáneamente.
Saludemos pues a Sir Charles Darwin.
Si la humanidad desaparece, la evolución sigue adelante, con o sin humanos. En cambio, los Dioses también mueren con los humanos. ¿Quién sobrevive al final?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario