No sé ustedes, pero he notado que cuando se inaugura un festival "cultural" (de lo que sea, siempre y cuando dure más de un día), ocurre un fenómeno curioso, el cual paso a describir. Ojo que las cifras son estimadas, pues tampoco voy a andar preguntándole a cada asistente sus razones, ni tampoco soy un tiranetas:
En las inauguraciones de los festivales, el 40% de los asistentes son funcionarios públicos que asisten ya sea, o a fuerzas por que recibieron el memorándum o la orden directa de su jefecito santo, o para quedar bien con él tratando de hacerse notar para decirle "aquí estoy, jefe, para cumplir con nuestra obra cultural".
Un 10 %, son acarreados ya sea de las escuelas o de oficinas anexas para llenar los huecos.
Un 30% son villamelones que se enteraron en el periódico o en la tele de dicho festival, si es que tuvo exposición mediática, y sólo cumplen con estar presentes para no dar la imagen de ser incultos pero siempre presentes en todos los "eventos in".
Un 7% son reporteros de la fuente cultural y una parte de ellos son los que tenían guardia y no tenían puta idea de lo que se trata; otro 3% son invitados de lujo de quien sepa dónde, pero siempre se aparecen.
Un 5% son aficionados a la temática de dicho festival en turno; un 3% , son los funcionarios que inauguran el festival; y un 2% son curiosos que pasaban por ahí.
Al segundo día, sólo el 5% , los aficionados, regresan al festival. El resto ni se para de nueva cuenta, hasta la clausura.
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