sábado, junio 20, 2009

El oportunismo político y charlatanero del incendio de la guardería ABC

El incendio en la guardería ABC en esta capital, con la consecuente muerte de 46 niños durante y después de la primera hora del mismo, aún cala muy fuerte entre la comunidad de Hermosillo, que justamente clama por que se castigue a los responsables de esta tragedia, independientemente de que si sean particulares o funcionarios públicos municipales, estatales o federales.

Desafortunadamente a dos semanas, las autoridades sólo se han echado la culpa unas a otras, pese a que hay claras evidencias de corresponsabilidad en el incidente, pero mientras el gobierno estatal se empeña en cargar toda la mano al IMSS, el gobierno federal utiliza a los “prestigiosos” medios de comunicación nacionales para hacer lo mismo del lado del gobierno estatal, aunque hay que señalar que el Gobierno de Sonora reconoce la responsabilidad por el inicio del fuego en una bodega que renta la Secretaría de Hacienda (y no que es propiedad de la Secretaría de Finanzas como recalca López Dóriga y todos los del Tercer Grado), y la PGR ha reconocido omisiones en el IMSS al no acatar las observaciones en materia de seguridad de la guardería que hicieron los propios inspectores de la institución.

También la jauría de la “prensa nacional” (arrogantismo que se arrojan los periodistas capitalinos) se va contra el exdirector de la unidad de protección civil de Hermosillo, Roberto Copado, quien no tiene facultades para inspecciones en edificios federales, salvo el constatar que los extintores, equipos de detección de humo y señalamientos funcionan, y hasta ahí.

Pero eso no es la intención de esta bostia. Si no el descarado aprovechamiento que conocidos autodenominados luchadores y líderes sociales, realizan de la manifestación pública de la demanda de los padres por justicia, para también enfilar sus baterías hacia un solo lado del problema, el gobierno estatal, con lo que dan vuelo a sus frustraciones, rencores y enconos contra quien no los ha admitido en su círculo de beneficiados, pero actuando al servicio de intereses opositores al del gobierno en turno. De hecho, el movimiento de los padres ya les fue arrebatado por estos oportunistas, es más, los mismos padres dejan de ir a las reuniones del movimiento y prefieren irse por su cuenta por la vía judicial.

Y no sólo es esa clase de descarados los que quieren aprovecharse del dolor. En un medio local, se insiste en promover a un “prestigiado” ingeniero químico, Hector Penágos Gonzáles, quien a través de su Fundación HPG, anuncia que posee una cura "milagrosa” (sic) “natural” (resic) para el SIDA, el Cáncer y la Diabetes, y ahora también, y a eso viene la relación con el caso de ABC, restituye los cuerpos quemados de los niños afectados por el incendio... claro, como complemento alimenticio, avalada por la Federal Druig Administration.

Se le ha promovido desde dicho medio se le ha organizado ruedas de prensa y entrevistas radiofónicas, todo, bajo el argumento de ayudar a estos niños.

¿Es eficiente su medicamento? Él dice que sí, ya que ha expuesto su producto en foros como la Universidad de Colima, ayudó a José José, organizó un festival musical, patentó un producto para lavar las carrocerías de automotores, fue proveedor de servicios en Apodaca, y entregó un reconocimiento a María Luisa Landín, sin contar con que en el 2006, el grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, promovió un punto de acuerdo para que el gobierno federal apoye a través de la Secretaría de Salud, a la mencionada fundación.

Sin embargo, pese a este impresionante currículum, el mencionado Penagos González ha sido acusado de charlatán, de merolico, de ofrecer productos "naturistas" caros y abusivos, e inútiles.

Y no tengo más elementos para considerarlo un charlatán o un verdadero hombre milagroso, pues esta es la primera vez que escucho de esta persona, pero me provocó curiosidad su promoción en este momento de tragedia, y precisamente, para atender a una de las niñas que más daño tiene y que está en condiciones de salud poco esperanzadoras.

En él ponen los padres, las esperanzas para que su niña se recupere. Espero que quienes lo promueven y él mismo, o tengan éxito, o acepten su propia responsabilidad en la tragedia.

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