viernes, mayo 16, 2008

De Llamados a Acusaciones: Calderón, el Narco y los Medios

Hace unos días, el Presidente Felipe Calderón demandó un “Ya basta” a los medios de comunicación a que no compartan “la estrategia de sembrar el terror” de las organizaciones de narcotráfico contra el cual ha declarado una guerra que ha alcanzado niveles violentos no vistos, no sólo por su espectacularidad, sino por su frecuencia.

(perdón por no poner el link directo a la nota pero ya no estaba disponible en el sitio de La Jornada)

Según reporta la nota de La Jornada,


Golpeando el atril con la mano, el presidente Felipe Calderón advirtió que su expresión “¡ya basta!” es una exigencia a “todos”: a los ciudadanos, para que no sean cómplices de la ilegalidad; al Congreso y a los jueces, para que cierren el paso a la impunidad; a los medios de comunicación, a fin de que divulguen las acciones contra la delincuencia en vez de “compartir con los criminales la estrategia de sembrar el terror”.


En el mundo de Calderón, los medios de comunicación deben de tomar el partido gubernamental en esta guerra. Claro que sonaría ilógico que un medio prefiriera tomar el bando del crimen organizado. Esa idea podría entenderse que en los medios se resalten los hechos sangrientos, los asesinatos de personas, ya sean policías o narcotraficantes mismos, por sobre destacar los
supuestos logros gubernamentales que enarbolan como triunfos en esta guerra.


Y señalando a los reporteros con el dedo índice, advirtió que su “¡ya basta!” es también una exigencia a los medios de comunicación, “para que manifiesten y divulguen las acciones que están, precisamente, deteniendo la estructura de los criminales; para que no se convierta la estrategia de los criminales, que buscan sembrar terror, en una estrategia compartida por los propios medios de comunicación”.


Para Calderón, los medios se vuelven partícipes del bando de los narcotraficantes al divulgar información sobre sus hechos delictivos, lo cual contribuye, asegura, a la estrategia del terror que estos grupos del crimen organizado lleva a cabo.

Este señalamiento obviamente despertó la indignación de los altos jerarcas mediáticos, al asumir que son acusados de estar a favor del narcotráfico. Sin embargo, hay algo de verdad en ello. Para los que trabajamos en medios de comunicación, una nota es LA NOTA cuando implica un hecho de alto impacto, si implica sangre y muerte es mucho mejor. Un decomiso, una detención, sólo impacta directamente proporcional a la importancia del detenido o la cantidad y el tipo de droga.

Otro dato que implica que un hecho sea LA NOTA, es que se incluya un significado, es decir, que el acto delictivo sea un mensaje así para un grupo rival, o una autoridad, en general, pero sobre todo, para alguien en específico. Casos como las “narcomantas”, o los “narcomensajes” que son dejados en los cuerpos de las víctimas, constituyen parte del hecho, y su contenido forma parte de la información que debe analizarse. Sin embargo, al mismo tiempo, los medios sirven de vocería de los narcotraficantes al difundir sus mensajes.

Pero no se puede negar que, particularmente en provincia, posiblemente haya algún medio o algún trabajador de estos, ya sea periodistas o no, que estén involucrados directamente con el crimen organizado, que sean precisamente, voceros del crimen organizado. Y eso no sería algo incomprensible, comprendiendo el temor ante las represalias de estos grupos, o bien, las jugosas ganancias económicas y poder compartido que reciben.

En ese caso, se comprendería la flamígera acusación del presidente, siempre y cuando, claro,que ello sea una realidad. Sin embargo, la situación planteada tiene varias aristas, y no sólo la de “están conmigo o contra mí” presidencial, si no la propia efectividad gubernamental poco demostrada con hechos y no propaganda, además de la realidad del poder del narcotráfico que se involucra en todos los segmentos de la sociedad, junto, y hay que reconocerlo, con la disponibilidad de nosotros como medios de comunicación de tener una postura acorde con lo que pregonamos de ser actores de la libertad de expresión.

¿Y cuál debe ser nuestra postura? Yo digo, difundir lo que sea útil, informativo, de interés del lector en general, no de unos cuantos, sin servir de vocería del crimen organizado ni del oficialismo. Preguntarnos qué es lo que realmente importa en la difusión de los hechos: informar a la sociedad de la realidad, o formar en la sociedad, una postura u otra, y violentar así, el derecho a la información.

1 comentario:

Binak Algo dijo...

Lo que habría que preguntarse es, ¿qué tan importante es esta "guerra" para el futuro nacional? Considerando el déficit en balanza comercial, la disminución de la entrada de capitales ya sea por IED o por remesas, la fuerte inflación propiciada por el alza en los alimentos y por supuesto, la enorme tasa de desempleo real (no la maquillada con el informal), ma parece que muy poco.

Por otro lado, no debería de quejarse tanto considerando el enorme apoyo que le dan a su reforma energética