jueves, noviembre 30, 2006

Oportunismo político

Ahora resulta que el PRD es el culpable de todo, según el Consejo Mexicano de la Juventud, un organismo fantasma, que lanzó un spot en el que responsabiliza al "Partido del Sol Azteca" por los hechos en San Lázaro Inn (Carlos Trejo podría investigar a este fantasma que paga muy bien espacios al aire en la Tele).
A su vez, el PRI lanzó otro en el que se lavan las manos de los hechos, y ahora sí, increíblemente, se afirman como seguidores de la ley y el orden... con lo que inicia su campaña electoral presidencial del 2012.

Sinceramente: no mamen.

martes, noviembre 28, 2006

Escalofríos epistemológicos (4)

Andrés Manuel López Obrador

Realmente cuesta trabajo tratar de comprender cómo las autodenominadas mentes liberales, progresistas, rebeldes, se olvidan de sus criterios iconoclásticos para caer en el Culto a la Personalidad, la admiración rayana en la sumisión ideológicoeomocional y racional a un líder, a tal grado de que nada sobrevive si no viene de él. Igual que Lenin, Stalin, Hitler, y hasta Maussán y Trejo. Mentes que creía conocer como las más críticas, incisivas, racionales, libres de la moralina y avaricia del derechismo mojigato conservador, resulta que son lo mismo, sólo que en enfoque izquierdista (what ever that means). Notables intelectuales, acérrimos líderes sociales, caen ante los pies de un líder, lo ven como un nuevo mesías, no explican su ideología sin él. El Peje es el origen, el alfa, el fin, el omega, de sus vidas... ¿O será más bien el parapeto para entonces poder explayarse?

Escalofríos epistemológicos (3)

Raúl Velasco.

Amo y señor del espectáculo mexicano. El decidía quién era ídolo y quien no. No importaba si tenía o no calidad, era buen cantante, o un real talento. El hizo estrellas, y destruía otras con sólo no incluirlas en los elencos de su programa “Siempre en Domingo”. Conocido era que fue reacio a aceptar a grupos de rock mexicanos en su programa (Caifanes era al que más veces se le invitó). Manipuló sentimentalismos y emociones del telespectador. Pero esa una buenísima persona. Un santo. Claro que nadie va a decir lo contrario. Por lo visto, ser parte del mundo del espectáculo confiere un aura de bondad alrededor de la persona agraciada con ese privilegio. En este México tan surrealista, la bondad se adquiere cuando logras salir en la tele. Aún cuando haya marcado el mal gusto musical de nuestro país.

Escalofríos epistemológicos (2)

Valentín Elizalde.

Cantante malísi... digo, mediano (sería llamado un desconsiderado y maldito si hablo mal de una persona ya muerta), dedicado a lo que en México llaman “Música Grupera”, composiciones en ritmos folklóricos y populares, concretamente, de bandas pueblerinas y regionales. Muchas de ellas dedicadas a la mujer, la mayoría, para ponerlas como las malditas perjuras, y el resto, para presumir la hombría de tener dos o más de ellas “por que Dios las puso en mi camino”. Pero también, dedicadas muchas de ellas, a narcotraficantes, poderosos señores que pagan jugosas sumas a cambio de una composición que los enaltezca.
En ese mundo vivió este cantante, en donde el narcotráfico sienta sus reales, y en ese mundo murió. Sin embargo, nadie acepta que esa haya sido la causa de su ejecución, aún cuando al mismo tiempo, lo saben y lo admiran, por que en este país, el narco es el antihéroe, el verdadero paladín del pueblo al que le da lo que sobra (dinero) y es capaz de enfrentarse cara a cara con el gobierno corrupto y maldito.
Para sus seguidores y para quienes conocen de este mundillo, Valentín era una “persona muy buena, sencilla, alegre, honesta, que trabajaba mucho, tenía un gran talento, era un gran cantante” e incluso un colega llega a comparar el fenómeno de su muerte y el dolor de sus seguidores con algo que no se había visto desde Pedro Infante.
Valentín Elizalde era un no muy buen cantante. Sus composiciones eran cursis, es decir, pretendían ser elegantes pero terminan siendo ridículas. Por la forma en que murió, lleva a considerar que estuvo involucrado en una actividad condenable e ilícita. Sin embargo era querido. Adorado. Idolatrado.

Escalofríos epistemológicos (1)

México es un país de fantasías. Sólo se explica fenómenos tan extraños que rebasan el entendimiento lógico y racional, cosa tan abstracta que el analista de la comunicación Jessús Martín Barbero, describiría como un escalofrío epistemológico que se experimenta ante un fenómeno masivo que causa una excitación de aceptación tan exacerbada que no hay forma de explicarlo con criterios lógicos y racionales.

El cuento fue que una tarde se me ocurrió ir a ver
una película que había batido récord en Cali, La ley del Monte, un melodramón
mexicano -en esta ciudad una película duraba 2-3 semanas, y esta llevaba 6
meses; después me enteré que en Medellín duró un año-. La ley del Monte era un
fenómeno sociológico, no un fenómeno cinematográfico, así que me encontré con un
Teatro México en el centro viejo de Cali, lleno de hombres a las 6 de la tarde
un jueves y cuando, unos compañeros y yo empezamos a reírnos a carcajadas porque
aquello no tenía ni pies ni cabeza -era la historia de un muchacho que se va a
la Revolución Mexicana porque lo deja la novia-, unos hombres se levantaron, nos
agarraron del hombro y nos dijeron: “o se callan o los sacamos, palabra de
honor”. Desde ese momento yo me escurrí en el asiento, ya no miré a la pantalla,
mire a la gente, y cuando veía a estos hombres llorando de emoción, yo me
pregunté “¿qué pasa aquí?”, o sea, “¿qué ven ellos que yo no veo?”O yo me
declaro retrasado mental y es todo, o tengo que aceptar que los indígenas, esos
que estudian los marinoskys y familia no están en las islas, están en la mitad
de Cali.



Posteriormente pasaré a exponer mis escalofríos epistemológicos.
¿Y cuál es el suyo?

sábado, noviembre 18, 2006

Nuevo en Animonitos

En mi otro blog, Animonitos, acabo de poner enlaces a una serie de cortos animados que de verdad, hace falta cuestionar si en realidad hace falta otra cadena de animación para darle espacio a estas producciones...

jueves, noviembre 16, 2006

X testers 1 - Carlos Trejo 0

Otro mito ha caído. El famoso caso de los niños fantasmas del cruce del tren en San Juan Mission, una localidad de San Antonio, Texas, que Carlos Trejo dio a conocer con su aportación científica del talco para descubrir huellas digitales de niños fantasmas, ha sido despejado, en parte, por los X testers. Hay que recordar que el caso consiste en que en ese lugar, un camión escolar con niños abordo fue embestido por un tren al quedarse parado sobre las vías en el cruce, con la consecuencia de que todos murieran, y ahora, sus fantasmas empujan todo automóvil que se deja en neutral en ese lugar, hasta el otro lado de la vía, ya que según esto, tratan de evitar que se repita la tragedia.

En el episodio de este jueves, los Xtesters visitaron el lugar, y encontraron lo que se suponía, que el lugar en realidad es un declive, no una cuesta arriba, pero por un efecto óptico aparenta lo contrario, de tal forma que todos los autos ruedan cuesta abajo y sobre la vía. Luego, las huellas digitales fantasmales en realidad aparecen cuando se polvorea por encima. Y sí, usaron el talco, a la Trejo, para demostrar las huellas, que muy bien pudieron haber estado ahí antes y haberse revelado por el polvo del camino.

Hay que mencionar que en el programa, estuvieron presentes los testigos que tomaron un video y la famosa foto que Trejo dio a conocer, la cual por cierto, los Xtesters no pudieron reproducir del todo. Cabe recordar que en un programa anterior, también en el Discovery Channel, 10 ways to...(Ciencia en 10 actos) hubo un apartado dedicado al caso, y al entrevistar a la cronista local, afirmó que al revisar los expedientes del lugar, nunca se reportó que un camión escolar fuera arrollado por el tren, ya que si hubiera sido, sería un caso resonadísimo para que lo medios de comunicación lo hubieran dejado pasar.

Así que, otro caso más desmitificado...

miércoles, noviembre 15, 2006

62% de que Dios existe

Según el cable de Efe, Dios tiene una posibilidad del 60 porciento de exisitir:

La probabilidad de que Dios exista es del 62%, según el cálculo realizado por el
periodista y ensayista alemán Thomas Vasek a partir de una fórmula creada hace
250 años por el pastor presbiteriano inglés Thomas Bayes.
¿alguien sabe cuánto están los momios en Las Vegas?

lunes, noviembre 13, 2006

Citas racionalistas, y eclécticas

"Se puede tener como compañera la fantasía, pero se debe tener como guía a la razón"

Samuel Johnson
Escritor Ingles (1709- 1784)

domingo, noviembre 12, 2006

La Opinión Pública: ni pública ni opinión

Volvamos con Sartori, ahora con su definición de la Opinión Pública.
En el capítulo “la formación de la opinión”, de su libro “Homo Videns”, Sartori señala que la opinión pública es entendida como un dato que se da por hecho que existe por descontado, es decir, que existe y nada más, sin considerar que en realidad es un conjunto de opiniones de cada uno de los individuos que vive en la sociedad y que existe en la sociedad y en ellos mismos. Es decir, no es opinión pública sólo por ser del público, sino por que implica asuntos que son de naturaleza pública, ósea, intereses generales sobre las circunstancias y condiciones producto de la vida de los individuos en una sociedad.
Ahora bien, una opinión, sostiene Sartori, es un parecer subjetivo que no necesita de una prueba, no requiere de un fundamento sustentado en la ciencia, comprobable y sometido a análisis y evaluaciones medibles. Pero lo que realmente destaca de esta postulación de Sartori, es que cuando se convierten en convicciones profundas y fuertemente enraizadas, entonces se vuelven en una creencia.

Los gobiernos democráticos deben sus acciones no al saber (es decir, a criterios sustentados) sino a lo que la sociedad opina, es decir, a la opinión pública, pero esta está sujeta al flujo de la información hacia el público, ya sea de los gobiernos o de los medios de comunicación (y agrego que una parte de las veces, de ambos, y mayoritariamente, de los medios), y aunque podría decirse que una sociedad está bien informada por la cantidad de medios de comunicación existentes, el principal medio en consumo por la comunidad es la televisión, cuya preferencia, como ya lo había sostenido Sartori, es la imagen carente de contenido abstracto eliminando líderes de opinión intermediarios de otros medios de contenidos más cognitivos, estableciéndose como una “autoridad de la imagen”.
Es así que la televisión (y los medios de comunicación que se adaptan a su modelo como forma de ganarse a su audiencia y no como competencia) forma en la sociedad una opinión que corresponde a sus propios criterios y con contenidos carentes de sustancia, sólo basados en una imagen como elemento único e incuestionable para llamarlo como algo verdadero y de interés de la comunidad. Es falso que los medios retomen la opinión y los intereses de la sociedad, sino que la instruye, asegura Sartori.
Es así que para los que trabajan (trabajamos) en un medio de comunicación, el portar la bandera de la opinión pública no es más que tener una herramienta, o en algunos casos, un arma, para forjar entre la sociedad, una opinión acorde a los intereses propios del medio. Claro, habrá quienes afirmen que sus medios de comunicación sí recaban y representan el interés del público, pero también están los que actúan bajo los intereses de sus propietarios y de los grupos sociales a los cuales están asociados o forman parte. Pero ninguno se resiste a afirmar ser el poseedor de la opinión de toda la sociedad, y con ello, presionar a alguien, fundamentalmente al gobierno (ya sean ejecutivo, legislativo o judicial, y de cualquier nivel, local, estatal o federal) para obtener a cambio, no sólo una respuesta a una duda, sino incluso llega a ser una forma de extorsión, en la que el mensaje subjetivo es el que se dejará de crear una imagen adversa entre la sociedad, a cambio de algún arreglo económico o de algún otro tipo de componendas.
Muchas de las afirmaciones que hago por supuesto no son sustentables en evidencias por que no existen. Sin embargo, es algo observable con sólo un análisis somero de los contenidos informativos.
Sin embargo, el punto que cuestiono es si los temas que son abordados por los medios de comunicación corresponden al interés real de la comunidad, es decir, a la opinión pública real sobre los asuntos y problemas que son públicos, de la comunidad. Los dimes y diretes entre los políticos difícilmente podrían ser de interés de quienes todos los días enfrentan (enfrentamos) problemas como el abuso en los cobros impositivos, tarifas, los alimentos, la diversión, las necesidades reales humanas. ¿De qué me sirve saber si funcionario X afirma que político Y es inmoral, cuando lo que realmente quiero saber es cuándo puedo tener un poder adquisitivo real que me permita adquirir mis satisfactores para las necesidades que tengo como comida, electricidad y otros? ¿Qué me aporta conocer las “grillas” entre políticos cuando lo primordial es saber cuándo ellos en verdad pondrán sus manos en trabajar por mis necesidades reales? Es verdad que muchas veces los medios recaban temas de interés público, y son exitosos cuando se logra que se resuelven, pero primordialmente es un posicionamiento interesado en perseguir un objetivo de provecho para sí mismos o para los grupos sociales a los cuales son afines. Se les llaman “campañas de interés social”, pero aparecen en determinados momentos, es decir, no es una bandera que se abraza constantemente, con un interés real. Hay muchas otras cuestiones realmente preocupantes para la comunidad, que el hecho de que se tenga que dar prioridad a declaraciones envalentonadas que privilegien a la persona pública, y dejan olvidados los problemas de las personas anónimas que forman el grueso real de la sociedad.

Dicho lo anterior, los que lean esto y trabajen en un medio, están en su entera libertad de crucificarme. Ya estoy acostumbrado a estar entre dos y más ladrones...

miércoles, noviembre 08, 2006

El Barón Munchausen y el escepticismo

En la película Las Aventuras del Barón Munchausen, de Terry Gilliam (1988), el barón cuestionaba a "la era de la razón" (Siglos 16 - 17):


Why, why, why?! Because it's all logic and reason now! Science, progress, chip-chip... Laws of hydraulics, laws of social dynamics, laws of this, that and the other... No place for three legged Cyclops in the South Seas... no place for cucumber trees and oceans of vine... no place for me!
- Baron Munchausen
¿Acaso el escepticismo y el racionalismo persigue acabar con la fantasía? ¿o es que la fantasía es algo muy diferente a lo que los paranormalistas promueven?

martes, noviembre 07, 2006

¿Hay algo que valga la pena en TV?

Bueno, ya saben que gusto de la animación, pero aparte de eso, no hay mucho qué disfrutar en la TV actualmente. Pero aún así hay ejemplos que sí justifica estar un rato ante la caja boba.
Contrario a lo expresado en el topic pasado, en la televisión estadounidense hay algunos programas hechos para aclarar las afirmaciones paranormalitas, y lo mejor es que contra la bufonada pedante de los “investigadores” está la bufonada sarcátisco-irónica de quienes usan por lo menos, el sentido común contra los mitos paranormalistas.


Tenemos a los ya conocidos Cazadores de Mitos (Mythbusters), dos expertos en efectos especiales que ponen a prueba los mitos urbanos de EU. Claro, poco tiene que ver con los paranormalistas, pero aún así dan una repasada a todas esas creencias populares para ver cuáles son ciertas y cuales no (y vaya que ha habido varios en el que la sapiencia popular se impone a la lógica). Adam Savage y Jamie Hyneman conducen este show de la forma más desparpajada y divertida, lo que deja ver que la ciencia también puede entretener, si se sabe como. No es algo tan serio, pero enseña y divierte, y eso es algo.

Otro show es Penn&Teller: Bullshit!, en donde los conocidos magos Penn Jillete y Teller, conducen reportajes llenos de ironía, sarcasmo y bulla a todo aquello que huele a charlatanería. Se han pitorreado de ecologistas extremos, cazafantasmas, investigadores de complots, vendedores de maravillas, espiritualistas y espiritistas, entre muchos otros fenómenos (literalmente). Es un programa revelador, y aunque no sigue un método científico estricto, como reportajes periodísticos son para preguntarse ¿cómo los dejan transmitir por la tele?

Finalmente, tenemos al más reciente pero más efímero de estos shows: Superagentes Paranormales, o X-Testers, conducido por otros dos especialistas en efectos visuales, Patrick Deber y Clark James, quienes retoman lo que los Mythbusters no quisieron abordar: las supuestas pruebas en video de fenómenos paranormales. Ellos tampoco siguen un rigor científico, pero van a lo que los paranormalistas siempre han retado, a mostrar que los videos son falsificaciones o malas interpretaciones. Por ejemplo, el famoso video del OVNI de Satélite en el DF, quedó evidenciado como un fraude, y ante los ojitos sorprendidos de Jaime Maussán. Lamentablemente el show sólo se produjo por seis episodios, por falta de rating en el The Learning Channel en EU, y Discovery Channel no tiene planeado encargar más.

No son los único shows en este estilo, pero al menos son los que exponen los hechos ante los espectadores. Ojalá y sigan programas así.

sábado, noviembre 04, 2006

Giovanni Sartori y los charlatanes

Supongo que muchos de aquellos que cuestionan (me incluyo) a los creyentes de lo paranormal, se preguntan el por qué del éxito que tienen sus principales exponentes particularmente en la televisión, aunque claro habrá quienes tienen una respuesta, pero esta situación está relacionada con lo que el sociólogo y analista mediático italiano, Gionanni Sartori, describe en su libro Homo videns: la sociedad teledirigida.
En su planteamiento, Sartori describe a un tipo de “ser humano” en una sociedad que creció sentada frente a la televisión, el homo videns, sujeto al imperio de la imagen de la televisión, la cual se sobrepone a los contenidos hablados o escritos. Es decir, el homo videns de Sartori privilegia la imagen por la letra hablada o escrita, ya que así es más fácil asimilar la información, ya que las otras dos implican un proceso de abstracción, es decir, recurrir a traducir los símbolos que le son transmitidos, mientras que la imagen ya lo describe todo, según.
En pocas palabras, el homo videns cree que todo lo que aparece en televisión es real y verdadero, y esa es su principal, si no única, fuente de información y formación sociopolítica.
Ahora bien, ¿cuándo intervienen los charlatanes?
En el capítulo cinco “Más desinformación”, Sartori primero define la desinformación no como el informar poco, sino informar mal, distorsionando; y apunta que para que ocurra la desinformación, se requiere además de falsas estadísticas y entrevistas casuales “de color”, la información a difundirse debe ser “excitante” a cualquier precio, premiando la excentricidad, y privilegiando el ataque y la agresividad.
“La visibilidad está garantizada para las posiciones extremas, las extravagancias, los ‘exagerados’ y las exageraciones. Cuanto más descabellada es una tesis, más se promociona y se difunde”, escribe Sartori.
Y agrega: “Las mentes vacías se especializan en el extremismo intelectual y, de este modo, adquieren notoriedad (difundiendo, se entiende, vaciedades). El resultado de ello es una formidable selección a la inversa”.
Es ello, sostiene, que “los charlatanes, los pensadores mediocres, los que buscan la novedad a toda costa”, destacan por sobre las personas serias y pensantes.
En ese sentido, entiendo que quienes se promocionan como algo que rompe con la seriedad y ofrece imágenes “sorprendentes”, que no requieren de una explicación más complicada que la sencillez de una explicación carente de tecnicismos y contenidos complicados, entendidos como científicamente sustentados, atrae más la atención de un público criado en una cultura donde la imagen tiene preponderancia como materia de información pública.
Tenemos entonces que los charlatanes y seudo intelectuales no sólo se sustentan con el presentar imágenes que rompen con la cotidaniedad, que son fuera de lo común o bien, desafían cualquier explicación científica, si no también ganan “credibilidad” en base a atacar, juzgar condenar, la rigidez del método científico para dar validez a un fenómeno cualquiera. Sostienen que los científicos y los escépticos, son seres cerrados a cualquier explicación fuera de los parámetros metodológicos y criterios científicos, y que además forman parte de una conspiración global para ocultar toda información que atente a este orden.
Los ataques son “agresivos”, entendidos estos, como dice Sartori, como una función crítica que todo periodista (o en este caso, todo “investigador”, si entendemos al periodista como tal), debe tener para enfrentar a un poder, en este caso, el poder científico que niega sus suposiciones carentes a su vez de sustento científico.
La televisión se dirige a destacar entonces todo lo que sea agresivo de alguna forma, ya que es algo que atrae la atención del espectador, convirtiéndolo entonces en un espectáculo. “Pero el mundo real no es espectáculo y el que lo convierte en eso deforma los problemas y nos desinforma sobre la realidad”, sostiene Sartori.
Si bien Sartoni apunta esta agresividad hacia lo referente a las protestas y manifestaciones de inconformes, lo mismo puede aplicarse a los charlatanes promotores de lo paranormal, ya que sus ataques para promoverse son los hacen aparecer como una especie de luchadores contra un orden dominante e impositivo, que busca el control de la libertad humana de conocer la verdad, su verdad.
Entonces, tenemos que los extravagantes “investigadores” de lo paranormal, con sus imágenes en video y fotografías, con sus superfluas y nada complicadas explicaciones (“es una nave espacial con un mensaje para la humanidad”, “son fantasmas que vienen a manifestarse”), serán siempre atractivos para un público a quien se le educó a no ser exigente ni demandante de contenidos serios, que requieran de una abstracción para su comprensión. No por nada a diario hay un desfile de estos personajes en un programa de televisión en horarios de amas de casa que difícilmente pudieron haber terminado la secundaria, o por la noche con una audiencia que sólo quiere divertirse y asombrarse, y no a aprender. O bien, en sitios de internet que no necesitan de una base científica racional para sustentarse, ya que son contenidos para creer en ello, no para juzgarlos.

viernes, noviembre 03, 2006

Animonitos

Acabo de decidir que todo lo referente a animación lo publicaré en este blog: Animonitos.

También escribo sobre dibujos animados

Hace poco más de ocho años, Raúl Acevedo Savín, entonces editor de una sección cultural de la edición Sonora de El Financiero, me dio la oportunidad de escribir una serie de artículos semanales, y particularmente, sobre una temática rara para el tipo de periodismo cultural de la región: animación. Escribí una columna llamada Cartonime, con la cual pretendía abarcar la animación en sus géneros más conocidos: el cartoon americano y el anime japonés. Desconozco si fue la primera y única publicación de su tipo.
Claro que en ese entonces me movía más la afición que la experiencia que ahora poseo, y por ello muchos de los temas que abordé estaban errados en sus fundamentos.
Sin embargo, luego de que se canceló la edición Sonora de El Financiero, ya no tuve donde publicar sobre estos temas. Y entonces tomé un empleo más “formal” como reportero que mantengo a la fecha. Hasta estos días, no he vuelto a escribir sobre ello a excepción del foro de Anim::Arte.
Pero creo que ya es tiempo de recuperar ese concepto. Claro que ya no será el mismo Cartonime, simplemente por que sería imposible darle seguimiento a las novedades particularmente de Japón o de Asia, aunque no por eso se dejará de hacer el intento. Ese nombre era, reconozco, pretencioso para mis capacidades.

Así que dentro de poco les vuelvo a poner sobre animación, no desespereís....